TRÍPTICO PORTINARI

TRÍPTICO PORTINARI
Tríptico Portinari por Hugo van der Goes 1476 - 1477

martes, 22 de junio de 2010

LA PINTURA DE GIOTTO DI BONDONE

Giotto di Bondone es sin lugar a dudas uno de los más grandes iniciadores del Renacimiento italiano. Su obra se sitúa en ese momento histórico en el que al artista le es dado ir más allá de la fórmula preestablecida y crear nuevas maneras de representación. No es poco el mérito.
Durante el siglo XIII, la pintura, así como la arquitectura, han ido transformándose. El periodo gótico no es un tiempo estancado; es uno de los momentos más dinámicos de la historia del arte. Naturalmente los cambios se van dando de manera gradual.
Durante la Edad Media, los artistas y artesanos aprendían ciertos modos de representación que les facilitaban el trabajo de composición de sus obras. Por ejemplo: para representar las escenas de la pasión de Cristo, sencillamente se dividía el espacio disponible y se representaban las estaciones de manera que fueran fácilmente legibles. A esta manera de componer hay que sumar la decoración y ostentación en el ornamento del que hace gala el periodo gótico. Los grandes señores, nobles y burgueses, encuentran en las obras que encargan, modos de autocomplacencia. La representación de un paisaje conocido, de la iglesia de la ciudad, incluso del interior de una vivienda se convierten en herramientas de identificación importantes. No hay que olvidar que estos mismos señores se hacían retratar en los polípticos que encargaban, como donantes.
Todos estos elementos unidos, van produciendo una pausada pero segura senda que recorren los artistas en la búsqueda de un mayor naturalismo, de un mayor y mejor reconocimiento del mundo en la obra. Sin embargo, son hombres de su época. No por innovar en un sentido dejan a un lado los modos que han sido sustento de su arte por tanto tiempo. De esta manera, lo que surge es una mezcla muy interesante entre los modos antiguos, medievales y los nuevos requerimientos de una sociedad y una cultura en plena transformación.

Se tiende a pensar que así como son los iniciadores de un periodo nuevo, los artistas del siglo XIII y XIV no han de llegar tan lejos como sus sucesores y tal vez en este sentido, no sean tan importantes. No hay mayor prejuicio que este.

La pintura de Giotto di Bondone ha de apreciarse precisamente porque es innovadora en el manejo del volúmen y la profundidad, y porque es plana. Porque no ha llegado al estadio de perfección en la representación de la tridimensionalidad, es que posee mayor independencia y logra ser cualitativamente, una pintura sólida, armónica y dinámica.

Por encima de todo, Giotto era pintor. Un pintor que disponía los colores, las líneas y las formas sobre una superficie. Así, la esencia de su pintura no radica en el simulacro del volumen, sino en la sabiduría y destreza con las que el artista dispone sobre el plano los elementos de la composición. Aún después de tantos siglos, es fácil perderse de tantos y tan bellos detalles por encontrar los trucos que hacen parecer los objetos y las figuras voluminosas, las anatomías escorzadas, etc...
En las imágenes que acompañan estas líneas podemos ver algunas de estas facetas de la pintura de Giotto, que hay que disfrutar aún por encima de sus descubrimientos en la representación de las figuras en profundidad:
La atención al detalle, el énfasis en el uso de la línea de contorno que separa las figuras unas de otras y del plano, el decorado de los objetos, que los aísla del entorno, el uso del color, etc.